En Molinos, desarrollamos nuestras actividades con absoluta conciencia y respeto por el medio ambiente. Para todos los que formamos parte de Molinos, esta premisa forma parte de nuestro trabajo diario.
El sistema de gestión de Seguridad, Higiene, Medio Ambiente y Calidad integrado, asegura que nuestro afán de mejora continua se refleje en el uso razonable de los recursos naturales y en la implementación de medidas eficaces para la minimización y el control de los potenciales impactos ambientales de nuestra actividad, a fin de que sea compatible con los intereses de la sociedad y el desarrollo de las generaciones venideras.
Entre los destacados referidos al consumo eficiente de recursos, la compañía generó 460 toneladas menos de residuos no especiales. Además, por cuarto año consecutivo, Molinos logró un aumento del porcentaje de los residuos valorizados, es decir, con un destino sustentable, llegando a valorizar el 74,16 % de todos los residuos generados.
Nuestra planta ubicada en Concepción del Uruguay recibe el arroz directamente de los productores con cáscara, que históricamente fue considerada un residuo. La primera decisión en pos de lograr una economía circular de este subproducto, fue el pensar en usarlo como combustible de una caldera de biomasa para el proceso del parbolizado de arroz. La operación de parboil requiere del calor para lograr que las vitaminas y minerales pasen de la cáscara al grano. Este vapor necesario logramos hacerlo en base de la incineración de cáscara de arroz. La segunda decisión vinculada a promover la economía circular del proceso fue en torno a definir posibles usos de la ceniza resultante del proceso de quemar cáscara de arroz (aprox. 20% de la cáscara que ingresa a la caldera). La ceniza requería de un servicio de disposición final exclusivo y para evitarlo se la reinsertó en otro proceso productivo: la industria siderúrgica.
